En este caso se realizó la reforma de un tren ya existente en el Parque de Atracciones de la Casa de Campo, en Madrid.
La reforma era complicada, pues el tren procedía de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, de 1.929. Había sufrido varias reformas no muy afortunadas, de modo que lo único que quedaba del original era el chasis, los sistemas de ruedas, bielas y transmisión, y la carbonera.
Respetando totalmente estos escasos elementos originales, se renovó todo el sistema de tracción y frenado, y se construyó una carrocería totalmente nueva, tanto en la máquina como en los vagones, recuperando en la medida de lo posible el estilo de los viejos trenes de vapor.
Ante la complejidad de la tarea, se decidió acometerla en varias fases, de forma que la atracción permaneció en funcionamiento durante todo el tiempo que duró la reforma.
Año de realización: 1.995 - 96.